Cualquier profesional que haya iniciado un proyecto de rehabilitación de algunos de los edificios de las comunidades que gestiona se ha tenido que enfrentar a términos y conceptos desconocidos, pero que conviene manejar para asegurar el buen resultado de las obras. Una de las preguntas que más veces nos hacen los administradores de fincas cuando se proyecta el aislamiento de sus edificios es ¿qué es la lana de roca?
¿Qué es la lana de roca?
La lana de roca es uno de los elementos de construcción más populares del momento. Se trata de un material que se ha convertido en un excelente aliado para todos los planes de adecuación de los inmuebles a los requisitos de los propietarios actuales, y también a las normativas europeas y nacionales de aislamiento e impermeabilización de cubiertas de edificios. Además, se puede utilizar con un gran número de tipos de revestimiento gracias a su versatilidad.
La mayoría de administradores de fincas ya tienen claro desde hace unos años que esta es la opción perfecta por características como su durabilidad, ser un material sostenible y su resistencia a las altas temperaturas
¿Cuál es el origen de la lana de roca?
El origen de este material parte de dos elementos muy presentes en la naturaleza: las rocas basálticas de origen volcánico y el carbón.
Para producirla, estos dos elementos se introducen en hornos industriales que alcanzan una temperatura media superior a 1500 grados centígrados. Al llegar a esta temperatura, ambos minerales se funden y pasan a un estado líquido. Es el momento en el que se deshilan y se forman fibras con las que poder trabajar de una manera muy cómoda en diferentes formatos.
Con estos hilos se pueden crear placas, rollos y otro tipo de estructuras que luego se utilizarán en la construcción de la manera más eficiente. Desde el punto de vista visual y en el tacto, la lana roca parece un material textil ligeramente rígido. Mucha gente lo compara al material con el que se rellenan los cojines o a un colchón de espuma, aunque sus propiedades y características son muy superiores.
¿Cuáles son sus propiedades y aplicaciones?
Este material es, sobre todo, y como ya se ha señalado, un excelente aislante en distintos escenarios. Pero no solo eso, la lana de roca es muy elegida por especialistas en las reformas debido a las siguientes propiedades y aplicaciones:
El mayor enemigo del fuego
Al estar creada con estos dos minerales tan resistentes al calor, la lana de roca necesita de al menos 1000 grados centígrados para comenzar a degradarse. Esto quiere decir que, en casos de incendios, las paredes y techos que cuentan con este material son mucho más resistentes que otras que no han aplicado lana de roca.
Un maravilloso aislante térmico
El origen del material que crea la lana de roca permite que esta tenga un coeficiente de conductividad térmica muy bajo. Dicho de otro modo, poner lana térmica en el edificio o en un inmueble es una de las mejores opciones para lograr que las calefacciones sean más eficientes y el calor no se escape por la estructura de las casas.
Ocurre igual en verano. La lana de roca genera una burbuja que conserva la temperatura en las casas de manera óptima e impide que los grados del exterior se cuelen en las viviendas.
Aislamiento acústico de primer nivel
Se trata de un material denso, que tiene también efectos positivos en cuanto a las necesidades de aislamiento acústico de la comunidad de vecinos. Los administradores de fincas recomiendan utilizar lana de roca porque evitan un muy alto porcentaje de entrada de ruido a la vivienda, mejorando así la convivencia de todos los propietarios e inquilinos de los edificios.
Es un material que repele el agua
La lana de roca se combina con la tela asfáltica para cubiertas, con el objetivo de ponérselo todavía más difícil a las filtraciones de agua. Aunque no es un material totalmente impermeable, sí que consigue que el agua solo se quede en las fibras superficiales, sin penetrar en el interior.
¿Mantenimiento?
Las características tan resistentes de la lana de roca hacen que las paredes y techos que cuentan con este componente no tengan que ser sometidas a ningún tipo de mantenimiento. Sin duda, se trata de un beneficio muy importante, ya que, en la mayor parte de casos, la lana de roca se sitúa en espacios de difícil acceso que requerirían de una obra importante para sustituirla o repararla.
Vida larga y sostenible
Más allá de la incidencia directa de su colocación en edificios, este componente se caracteriza por tener una larga vida, al no degradarse con el paso del tiempo, alcanzando una vida útil de hasta 60 años.
Además, puede estar realizado con hasta el 75 % de su material reciclado, lo que le confiere unas propiedades de sostenibilidad muy por encima de otros elementos utilizados en las reformas que acometen las comunidades de vecinos antiguas.
¿Cuáles son las aplicaciones de la lana de roca más comunes?
La lana de roca se emplea, particularmente, en la construcción y en las reformas, así como en el ámbito industrial.
En el primer caso, los vecinos y los administradores optan por incluir el material en fachadas, cubiertas y suelos, sobre todo, para aprovechar todas las características señaladas en todos los puntos posibles de la estructura del edificio.
Está demostrado que los administradores de fincas que recomiendan este elemento a sus clientes logran superar todos los requisitos de adecuación de las viviendas en el ámbito del aislamiento y la seguridad. Por eso, la lana de roca es uno de los imprescindibles en casi cualquier obra y se está convirtiendo en el material más apreciado por especialistas en construcción como el equipo que formamos Realíder.
Ahora que ya sabes qué es la lana de roca, si sigues teniendo dudas sobre todos los beneficios que la lana de roca puede aportar, contacta con nosotros y estaremos encantados de contarte todo lo que tiene que ver con las últimas aplicaciones de este material y sus beneficios.