A pesar de que en nuestro país estamos acostumbrados a ver los mismos tipos de tejas de cubiertas en la mayoría de los tejados, lo cierto es que en el mercado hay muchas tejas distintas que proceden de distintos climas y culturas.
Por norma general, este tipo de recubrimiento se ha ido adaptando a las condiciones climáticas de cada región y al tipo de inclinación que tienen los tejados, aunque ahora es posible colocar la que más nos guste en nuestro tejado gracias al avance en los procesos de fabricación. Las hay de muchos tipos y formas: de hormigón, cerámicas, asfálticas, metálicas, etc.
Teja romana o teja mixta
La original era cerámica y tiene más de dos milenios de historia, de manera que podemos decir que su eficacia está más que probada y que se puede colocar sin que nos cause ningún problema, en especial en nuestro clima mediterráneo.
La teja romana es un tipo de teja empleada en las cubiertas de edificios con tejado inclinado. Se caracteriza por su aspecto rectangular y por tener la pieza canal plana, con los bordes laterales levantados y la cobija curva. Se fabricaban de piedra y de alfarería. Las denominadas tejas romanas son una adaptación moderna de la tégula romana (de dos piezas), se diferencia de esta en poseer la canal y la cobija en una misma pieza.
Con estas partes planas se crea un surco que conduce el agua de lluvia al canalón, evitando así su acumulación sobre la cubierta con la consiguiente aparición de goteras y manchas. La instalación es sencilla, pero siempre hay que cumplir con la normativa de seguridad en trabajos en altura o verticales para que no haya accidentes.
Teja árabe o teja curva
Está presente en la mayor parte de nuestros tejados, sobre todo en los más antiguos, por toda nuestra geografía y es la más simple y económica que existe.
Se trata de piezas con forma de cono con las que se pueden generar superficies cóncavas o convexas usando cada una de sus caras, lo cual permite confeccionar un tejado entero jugado con ambas caras.
Teja flamenca
En la zona en las que se utilizan, el agua está muy presente. Es una teja de características parecida a la árabe pero en este caso, lleva en su parte posterior un resalte el enganche con la siguiente. Su sección transversal tiene forma de «s», originando en la misma pieza canal y cobija, cuya función es que el agua que cae con abundancia encuentre los canales necesarios para poder evacuarse.
Teja marsellesa o francesa
Su origen data de mediados del siglo XIX con la finalidad de que colocarlas fuera lo más sencillo posible a la vez que rápido. Una de los más típicos tipos de tejas de cubiertas.
De hecho, en uno de los lados mayores tiene una ranura que permite que se solape con la siguiente teja, de manera que se puede decir que se hace un montaje “en clic” al ponerse en los tejados.
Son muy planas, pero cada una de ellas tiene una ondulación o canal para que el agua escurra por ahí, y si las miramos bien nos recuerdan mucho a las tejas romanas, aunque un poco más planas.
Teja plana con encaje o teja alicantina
Otra manera de cubrir un tejado es con tejas completamente planas, de formas regulares y que se colocan solapándose unas con otras.
De este modo, ni el agua ni la nieve encuentran obstáculo alguno, por lo que discurren libremente siempre que el tejado tenga la inclinación adecuada.
¿Qué ventajas tienen las tejas cerámicas, de arcilla o barro cocido?
Las tejas de arcilla o de barro son las preferidas en muchas partes del mundo debido a sus características.
Una de las principales es que son ignífugas, ya que el barro no arde y también son impermeables. Además, tienen mucha resistencia y pueden pasar décadas sin que haya que renovarlas.
Cuando se tiene que poner alguna nueva la instalación es sencilla y económica, pudiendo encontrar la unidad por un módico precio, además de poder reutilizar tejas viejas si están en buen estado y no presentan fisuras.
Tejas de pizarra
Aunque las tejas de cerámica son las más comunes en los tipos de tejas de cubiertas, lo cierto es que también se usan otras de materiales naturales como la pizarra, un tipo de teja tradicional que se ve en aquellos sitios en los que hay pizarra a mano.
Hoy ya se pueden poner en cualquier vivienda y su característica principal es que son completamente planas. De hecho, la pizarra se presenta así en la naturaleza y se han empleado en los tejados de zonas muy lluviosas.
Se colocan solapándose unas sobre otras, con la idea de que el agua no pueda entrar por ningún hueco y favorecen que tanto el agua como la nieve escurran muy bien por el tejado.
Tienen mucha resistencia y en caso de rotura son de fácil sustitución, lo que ha hecho que en zonas donde la pizarra es abundante no se suelan utilizar tejas de otros materiales.
Tejas metálicas
Dejando a un lado los materiales naturales podemos encontrar tejas de todo tipo, pero unas de las que más se encuentran en auge son las metálicas, de chapa y/o aluminio, que apenas requieren de mano de obra y son muy resistentes.
Aquí no hay que ponerlas una a una, sino que se instalan en forma de paneles grandes que se van atornillando al tejado mediante perfiles metálicos o incluso soldándolas.
No son tan estéticas como las naturales, pero imitan todo tipo de acabados y el metal aguanta muy bien las inclemencias del tiempo, perdurando durante décadas como el primer día.
El tratamiento impermeable y el aislamiento ya están debajo de la teja, de manera que no se requiere que tengan unas cualidades específicas, aunque sí que garantizan que el agua no se cuele por debajo y así no tendremos las temidas goteras.
En este momento se pueden comprar muchos tipos de tejas de construcción, todas con sus ventajas e inconvenientes. Se sigue optando casi siempre por las naturales, por tradición y precio, pero poco a poco las artificiales se están haciendo un hueco cada vez mayor en el mercado.
Si tienes dudas sobre los tipos de tejas de cubiertas, contacta con nosotros y te asesoraremos sobre qué teja colocar para no tener problemas en tu tejado.