Tipos de telas asfálticas

Conocer los diferentes tipos de telas asfálticas que existen en el mercado ayudará a tomar una mejor decisión sobre cuál es la mejor opción a utilizar en cada caso. Esto es así porque no todas son iguales ni tienen las mismas propiedades, lo que hace a cada tipo más o menos indicado, en función de cada necesidad.

¿Para qué sirve la tela asfáltica?

Se trata de uno de los materiales más utilizados para la impermeabilización de cubiertas y terrazas. Protege las superficies de los rayos solares, la lluvia y todo tipo de condiciones climatológicas, contribuyendo así a evitar la aparición de goteras.

Además de por sus muchas propiedades, una de las razones que explica su uso habitual en todo tipo de construcciones es que su vida útil, en condiciones normales y correctamente instalada, supera fácilmente los 10 años.

Los diferentes modelos que hay en el mercado tienen unas características generales. Entre ellas destaca que están elaborados a base de sustancias bituminosas como el oxiasfalto. Materiales que se adhieren a la perfección sobre casi todas las superficies al ser muy moldeables cuando están calientes.

tipos de telas asfálticas

Tipos de telas asfálticas

Antes de utilizar un producto de este tipo, hay que valorar cuestiones como el uso final de la superficie a cubrir, el acabado que se requiere y el modo de aplicación.

Tela asfáltica básica o tela asfáltica negra

Es el modelo más sencillo que hay en el mercado, formado con fieltro de fibra de vidrio y polietileno en las dos caras. Suele emplearse para impermeabilizar espacios exteriores tales como patios o terrazas, puesto que evita que el agua de lluvia se pueda filtrar a través del pavimento.

La instalación es especialmente sencilla. Basta con calentar una de las caras de la tela con ayuda de un soplete y colocarla sobre la superficie a cubrir.

Una vez que la tela ha sido instalada, se puede aplicar sobre ella una capa de mortero o incluso otra lámina bituminosa antes de la colocación del pavimento.

Tela asfáltica de aluminio

Entre los diferentes tipos de telas asfálticas existentes, tenemos esta que recibe su denominación por su principal componente: el aluminio. Aunque suele tener un color cromado, hay versiones con acabado en tono aluminio y hasta rojizo.

Esta tela asfáltica cuenta con una capa interior bituminosa de oxiasfalto, que se calienta con el soplete para poder adherirla a la superficie a cubrir. Mientras que la última capa es de entre 1 y 2 milímetros de aluminio gofrado (la superficie presenta forma de pequeños cuadros).

Es esta última capa de aluminio la que consigue que la tela sea especialmente resistente a los rayos solares.

Este tipo de telas se usan básicamente en exteriores, en zonas en las que existe una gran incidencia de los rayos solares, por ejemplo, en las zonas de piscina. Lo que no se recomienda en ningún caso es su uso para terrazas transitables.

Tela asfáltica de pizarra

En esta tela el interior está compuesto de oxiasfalto combinado con antiadherente y fibra de vidrio. Se añade a la membrana una capa adicional a base de gránulos de pizarra que le confieren protección adicional contra los agentes externos.

La tela asfáltica con acabado pizarra es una de las más utilizadas, por ser la que mejores resultados de impermeabilización ofrece. Además, el acabado pizarra se puede elegir en color gris (el más común), verde, rojo, e incluso blanco.

Es una tela muy resistente, que aguanta bien el paso del tiempo. Se usa habitualmente cuando encima de ella no se va a colocar nada más. Es, por tanto, una tela no transitable.

Tela asfáltica transitable

Este modelo está hecho a base de láminas poliméricas mucho más resistentes de lo habitual. Sobre ellas se coloca un fieltro, se aplica mortero y, por último, se coloca el pavimento para exteriores elegido.

Para los espacios transitables en exteriores es muy recomendable escoger una tela asfáltica transitable, puesto que su resistencia y longevidad son mayores.

¿Cómo se instala la tela asfáltica?

La tela suele venir en rollos, lo que permite a los especialistas adaptar la forma al espacio a cubrir. Antes de comenzar la instalación es fundamental tomar bien las medidas.

A continuación, hay que limpiar la superficie a impermeabilizar, eliminando todos los residuos y suciedad que puedan provocar que la tela no agarre bien, ya que con el tiempo pueden dar lugar a roturas y abultamientos de la misma, mermando considerablemente sus cualidades.

Para su instalación también es importante la temperatura exterior, que debe estar por encima de los 5 °C, y es necesario que no llueva durante los trabajos.

La superficie se trata en primera instancia con una imprimación para un correcto sellado. Luego se puede ir empezando a colocar la tela. Aunque lo habitual es tener que aplicar calor con un soplete sobre una de las capas (la bituminosa), ya hay versiones autoadhesivas.

A fin de evitar filtraciones, las capas deben solaparse unas sobre otras unos 10 centímetros. Para rematar los ángulos conviene usar tiras de 30 centímetros de ancho, colocando 20 centímetros sobre la pared y el resto sobre la tela que está en el suelo.

Cuando la tela esté instalada y seca, se puede seguir trabajando sobre la superficie aplicando otras capas para cubrirla (una lámina autoprotegida o protección geotextil, por ejemplo)

La instalación de la tela asfáltica es una tarea que conviene dejar en manos de profesionales, porque cualquier error puede dar lugar a que aparezcan filtraciones con el paso del tiempo. Así que compensa invertir en una instalación que ofrezca suficientes garantías.

Ya conoces los diferentes tipos de telas asfálticas y para qué superficies se recomiendan. Ahora solo falta que escojas el modelo más adecuado en tu caso concreto. Contacta con nosotros si necesitas ayuda o tienes cualquier duda, nos tienes a tu disposición.

 

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