Los elementos estructurales en una edificación tienen la capacidad de soportar el peso y las sobrecargas. Esto favorece la rigidez y permite alcanzar prestaciones mecánicas para reducir la carga. Por este motivo, es de gran interés conocer en qué consiste el refuerzo de forjados y cuál es su función. Este método se suele emplear sobre todo cuando se trata de ciertos materiales, como la madera, el hormigón o el acero.
Sin duda alguna, uno de los componentes estructurales de mayor importancia en la construcción es el forjado. Su función principal es soportar las cargas existentes, ya sea una viga, un pilar o un muro. No obstante, algunos tienen más relevancia y protagonismo que otros por sus características. En cualquiera de los casos, este elemento tiene una triple intención: arquitectónica, constructiva y estructural.
Refuerzo de forjados, rehabilitación estructural
Una de las técnicas más habituales en la rehabilitación de edificios es el refuerzo de forjado. En algunas ocasiones, debido a la excesiva deformación de una estructura será necesario implementar mejoras y modificaciones. En ciertos casos, esto es prácticamente una obligación para cumplir con la normativa vigente.
Una de las mayores ventajas de este proceso es que no es necesario llevar a cabo una demolición para aumentar la capacidad de carga. Además, es una intervención sencilla y barata, que evitará deformaciones o posibles vibraciones. Esto se traduce en mayor resistencia y durabilidad en los acabados.
Los refuerzos de forjado, tanto si se hacen por la cara inferior como superior, se tienen que efectuar si hay deformaciones o falta de resistencia. No obstante, también se pueden dar otra serie de condicionantes, que se relacionan fundamentalmente con el diseño inicial. En cuanto a la elección del modo de refuerzo, esto dependerá principalmente de estas deficiencias y la facilidad de acceso a estas caras.
Tipos de refuerzo de forjado
La misión de un forjado es dividir los espacios, soportar las cargas y garantizar el aislamiento térmico y acústico, así como ofrecer una mayor protección ante los incendios. Sin embargo, hay una serie de materiales que se emplean con mayor frecuencia porque ofrecen mayores resultados. Antes de elegirlos hay que tener en cuenta varios factores, como el coste, el tipo de acabado, su calidad o la compactación, entre otros.
Refuerzo de forjados de madera
Este tipo de forjado de madera es el más común y se caracteriza por su simpleza en la construcción. Este material es ideal porque su estructura le permitirá llegar a recuperarse tras una deformación, si bien no en su totalidad, probablemente, en gran parte.
No obstante, lo más aconsejable es reducir todo el peso posible para conseguir que la madera recupere su forma inicial con mayor rapidez. Incluso, retirar las vigas es una buena elección en algunos casos. En cambio, si se trata de forjados nuevos hay que aplicar una madera, que sea maciza o laminada.
Por otro lado, también es necesario comprobar el nivel de humedad, porque es el principal enemigo de este material. En muchos casos, una capa de hormigón es suficiente para reducirla. Si se consiguen unos buenos conectores para barnizar la unión y evitar la deformación de la carga, los resultados y eficacia serán mayores.
Refuerzo de forjados con hormigón
Los forjados con hormigón armado suelen incluir vigas, ya sean armaduras o prefabricadas, a las que se añade una capa de compresión de hormigón. No obstante, durante el vertido de este material hay que tener en cuenta la separación del perímetro por la posibilidad de dilatación. Asimismo, se aconseja realizar un apuntalamiento previo para mejorar la resistencia.
Este tipo de forjado también es muy utilizado y está muy extendido en nuestra geografía. Esto se debe a que es muy fácil encontrarlo y, además, es muy económico. Actualmente, el prototipo más macizo es la losa, sin embargo, se puede reducir dicho espesor y trabajar como una lámina.
Una de las mayores ventajas de trabajar con el hormigón es que tiene la capacidad de soportar grandes cargas, es muy resistente al fuego y se caracteriza por ser un gran aislante acústico.
Además, los forjados también pueden ser mixtos, con acero y hormigón. Su uso en ciertas plantas de los edificios o cubiertas es muy habitual.
Ventajas que nos ofrece el refuerzo de forjado
Hay muchas razones para usar el refuerzo de forjado en una construcción, además de favorecer la reducción de peso de una estructura. Estamos hablando de una técnica que mejora la eficacia y el aislamiento de una edificación. Sin embargo, hay que hacer un estudio previo de la carga y elegir la mejor opción.
- En primer lugar, cabe destacar que esta técnica es ideal para evitar las deformaciones.
- Por otro lado, hay que señalar el aumento de la capacidad de la carga del forjado para mejorar la rigidez.
- También, se pueden eliminar las capas que afectan a la estructura para aligerar el peso.
- Otra de las grandes ventajas del refuerzo de forjado es la duración del acabado.
- Entre las principales características del forjado está la posibilidad de unir elementos constructivos y distribuir mejor las cargas.
- Otro aspecto a destacar es la reducción de los puentes térmicos cuando hay una buena conexión con la fachada.
- Por último, está la reducción de costes.
En líneas generales, este proceso es muy ventajoso, sin embargo, es necesario comprobar la zona in situ y eliminar el peso extra. Esto permitirá llegar con más facilidad a la forma original para trabajar con más garantías.
Hemos podido observar la impronta del refuerzo de forjados en las estructuras de las diferentes construcciones. En caso de dudas, ponte en contacto con nosotros. En Realíder estamos para ayudarte, porque somos una empresa de rehabilitación de edificios especializada principalmente en las cubiertas y fachadas. Contamos con un grupo de profesionales altamente cualificados y con más de 15 años de experiencia para ofrecer el asesoramiento y la solución más acertada para cada cliente.